El pasado Domingo 15 de Septiembre miembros de la cofradía y toda la feligresía de Daimiel, nos reuníamos a las 20:30h. en la Parroquia de Santa María la Mayor donde no cogía un alfiler, para celebrar en comunidad la eucaristía de despedida de nuestro hasta ahora, Vicario Parroquia de Santa María la Mayor D.Luis Eduardo Molina Valverde, compartiendo posteriormente a dicha celebración un ágape de despedida en el espacio Josefinas.

Una despedida de emociones y recuerdos tanto para D. Luis Eduardo Molina Valverde como para los centenares de familiares, amigos y hermanos en la fe, que nos encontrábamos en la parroquia, donde tan solo el sonido de “su órgano” y un grupo de voces pusieron las notas musicales a esta tarde tan nostálgica.

Varios fueron los que intervinieron durante la celebración para agradecer tanto a D. Luis Eduardo, del mismo modo en el espacio Josefinas donde D. Luis no paraba de recibir muestras de cariño y afecto, muestras que por muchas que sean, aunque se cuenten en miles, no podrán compararse a tantas como las que ha ofrecido el durante estos catorce años de servicio en mayúsculas a Daimiel y sus gentes.

Gracias Luis por ser reflejo de lo que Jesús enseñó, desvivirse por los demás, ofrecerle al prójimo lo que hasta a ti te falta, ser el buen pastor que descuida a todas sus ovejas por encontrar a la que le falta, gracias por ser un amigo para todo Daimiel cuando Daimiel te ha necesitado, tu bondad hacia que hasta en tiempos de pandemia pusieras en peligro tu salud por ayudar a la de los demás.

Del mismo modo y desde estas líneas agradecerte tanto que has hecho y harás por nuestra cofradía, siempre has estado cuando se te ha necesitado, y si no era así, hacias por estar aun quitándole tiempo a tu familia, a tus obligaciones, a ti.

Estas breves líneas jamás serán suficientes para pedirte perdón y agradecerte tanto, como así lo pronunciaste en tu homilía de despedida, pero sirvan para dejar constancia del recuerdo y el amor imborrable que nos has dejado a todos, a Daimiel. Por que hemos visto en nuestros ojos y nuestro corazón durante catorce años que el mismo Jesús nos ha hablado, enseñado, ayudado y perdonado por mediación tuya. Esta siempre será tu casa y todos tu hogar.

Suerte en tu nueva etapa, que gran regalo se lleva Ciudad Real y en concreto la Parroquia de San José Obrero. GRACIAS LUIS

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